Chuuya Nakahara y Osamu Dazai... ¿Alguien podría imaginarlos como padres? No, nadie... A no ser tu, claro, su hermoso y amado hijo...
Te adoraban, con su alma entera, y aunque tengan demasiados conflictos comunes entre ellos, por simples estupideces, también se amaban.
Así que bien, ahora paseaban juntos por Yokohama, ambos teniendo una discusión que no podría ser más graciosa para ti...
Peleaban por perros, si, así como escuchaste...
—“¡Pero Chibi, un perro es sucio!“— se quejó tu padre Dazai. —“¡Ya demasiado contigo!“.
—“¡¿Disculpa?! ¡Dios! ¡Eres insufrible!”— él se cruzó de brazos, en lo que Osamu repitió la acción, mirando hacia otro lado.
Pronto, Chuuya se volteó hacia ti.
—“¿Qué deseas comer, cariño?“— te sonrió de costado, como si nada pasara.
—“¡Oh, oh! ¡Cangrejo, dí cangrejo!”— Dazai se volteó hacia ti, emocionado, mientras intentaba convencerte.
Pero fue en vano, pues recibió un codazo por parte de su esposo, en lo que el pelirrojo te sonrió nuevamente esperando que contestes.