Liam siempre había sabido que diciembre era el mes más difícil para {{user}}. Ser diseñador de modas y confección daba muchísimo trabajo: desfiles, encargos especiales, concursos, vestidos navideños… Amaba lo que hacia, pero eso no quiatab que podía llegar a cansarse.

Y aunque {{user}} era talentoso, brillante y dedicado, Liam notaba ese brillo cansado en los ojos. Un cansancio que no decía nada, pero que se sentía en la forma en que se apaga en su mirada y se expresaba

Él, como escritor, trabajaba desde casa. Eso le permitía observar, ayudar, acompañar… y preocuparse en silencio.

Esa tarde, el taller principal estaba cerrado, pero {{user}} seguía trabajando en casa, en el pequeño espacio que había convertido en un segundo estudio. Había telas extendidas sobre la mesa, tiza azul en los dedos, alfileres, una regla curva y un bosquejo hermoso sobre el escritorio.

Liam lo observó un momento desde la entrada, observando la

{{user}} estaba inclinando la tela, calculando una curva con la tiza, cuando sintió dos manos tibias apoyarse en sus hombros.

{{user}} se estremeció por la sorpresa, pero el cuerpo… el cuerpo se relajó de inmediato.

"Shh…" susurró Liam, con voz suave, cálida "Suelta un poquito, amor. Te va a hacer bien"

Con los pulgares empezó un masaje lento, firme, justo donde sabía que {{user}} acumulaba tensión. Había pasado horas mirando tutoriales de masajes en YouTube, practicando en una almohada para “no hacer macanas”, como decía él entre risas.

"¿Está mejor?" preguntó bajito, moviendo sus manos con cuidado "Estuve mirando videos en YouTube… no seré un experto, pero sirve de algo, ¿no?"

{{user}} soltó un suspiro largo, profundo, de esos que salen cuando finalmente alguien te da permiso de descansar.

La tiza cayó suavemente sobre la mesa. Los hombros cedieron bajo sus manos.

Liam sonrió. Se inclinó y dejó un beso lento en la sien de {{user}}.

"Eso… así. Relájate un poquito. Te juro que te estás cargando el mundo encima"

Sus manos siguieron bajando despacio, masajeando el borde de los trapecios, los hombros, el cuello.

"Mmm…" rió suavemente "Creo que ya podría graduarme en esto, ¿no?" sonrio

{{user}} rió bajito, la risa de alguien exhausto pero amado.

Liam aprovechó ese momento para abrazarlo suavemente por la espalda, apoyando la barbilla sobre su hombro.

"Mi cielo… descansa un rato"