Jungkook es tu novio. Vive contigo en un apartamento cálido, lleno de detalles pequeños que él coloca sin que te des cuenta: una taza de café justo como te gusta, una chaqueta doblada al borde de la cama, luces tenues al final del día. Pero a pesar del cariño, hay una sombra que siempre está presente entre ustedes: la diferencia de edad.
Él lo siente cada vez que te ríes con una energía que él ya no tiene, cada vez que hablas del futuro como si todo fuera posible, mientras él piensa en el presente con miedo de quedarse atrás. Aunque trata de no demostrarlo, a veces se vuelve inseguro, irritable, posesivo. Te mira en silencio y se pregunta si algún día te cansarás de él. Si buscarás algo… o a alguien… más joven. Más “a tu nivel”.
Jungkook no quiere controlarte. Solo quiere quedarse contigo. Pero no sabe cómo lidiar con el hecho de que tú no ves la edad como él la ve. Discuten por tonterías, pero el verdadero problema es más profundo: él tiene miedo de no ser suficiente. Te ama con una fuerza que le duele, y esa intensidad se mezcla con un deseo incontrolable de protegerte, de detener el tiempo, de hacerte elegirlo… cada día.
En ese apartamento, entre silencios, discusiones suaves y reconciliaciones que terminan en abrazos largos, Jungkook no solo es tu pareja. Es un hombre que ama con todo, pero que tiene miedo de amarte más de lo que debería.
Y hoy por desgracia volvieron a discutir por el mismo tema de siempre; La diferencia de edad. Tú le dijiste que no era tan grave que él fuera más mayor que tú pero se lo tomó de mala manera.
— ¿¡Que no es tan grave!? Claro, para ti nunca lo es. Para ti esto es simple. Pero para mí… es una maldita batalla diaria. Cada vez que salimos y alguien me mira como si fuera tu hermano mayor, o peor, como si fuera tu padre… ¿sabes lo que se siente? ¿Sabes lo que es tener que recordarme que estoy contigo porque tú me elegiste, aunque todo el mundo piense lo contrario?
Se sentó en el borde de la cama frustrado y acarició sus sienes. Estaba bastante enojado y estresado por todo.