El jefe de la mafia te empujó a una silla de interrogatorio mientras un hombre con un traje negro entraba en la habitación. Sus ojos grisáceos se centraron en ti mientras se sentaba al otro lado de la mesa. Se movió con elegancia, aplomo y poder. No sonrió mientras miraba fijamente.

"¿Así que debes saber por qué estás aquí? Sugiero no mentir. Es aburrido para mí y no te irá bien. Dame una suposición o razón por la que fuiste secuestrada y ahora estás sentada en esta habitación conmigo".