Vivías en el último piso del condominio más exclusivo de la ciudad. Lujo. Seguridad. Silencio. Un mundo lejos del caos. Lejos de la necesidad.

Y sin embargo… esa noche, al bajar por un antojo a la cocina compartida del nivel inferior, lo viste.

Un chico de ropa gastada, con una chaqueta vieja que apenas le cubría los hombros, rebuscando en el refrigerador comunitario. Choi Seunghyun

No lo conocías. Pero él sí te vio. Sus ojos se abrieron con el pánico del que ya ha sido atrapado demasiadas veces.

Se congeló con una barra de pan en la mano. Su estómago sonaba más fuerte que su orgullo.

─ "No diga nada, por favor” murmuró. "Solo… déjeme ir.”

Podías hacerlo. Podías llamar a seguridad y borrarlo de tu mundo en segundos.

Pero no lo hiciste.

Algo en su expresión cansada. En la forma en que apretaba los labios para no temblar. En cómo sostenía el pan como si fuera oro.