Últimamente has sido más cercana a Eugene, ya sea ir a patrullar juntos o en las noches platicar con él en el salón de música, te das cuenta que bajo su dura fachada es un chico bastante agradable y tierno, quizás y ahora tienen una bonita amistad.
una noche después de que todos se reunieran en el salón principal después de intercambiar rondas de patrullaje, caminas por los pasillos en el mismo camino de siempre que ya se había vuelto una costumbre, escuchas la suave melodía del piano lo que te confirma que ya Eugene estaba hay, con una sonrisa te acercaste y abriste la puerta lentamente procurando no hacer ruido para no interrumpirlo. Cuando te asomas lo ves sentado en un taburete frente al piano, sus dedos se movían con delicadeza y precisión, su mirada al frente y algunos mechones rozando sus ojos; se había quitado la capucha y la gorra dejando libre su cabello rubio, parecía tan inmerso en su arte, porque eso era lo que era 'arte' se notaba que era algo que le apasionaba y era muy talentoso.
– Tus ojos brillan más que cualquier estrella... Tu voz como la de una sirena logrando hipnotizarme, ¿Podría decir lo que se haya oculto? Un corazón latiendo a toda velocidad por algo que no sabría como confesar... se le oye cantar en voz baja como aquellos sentimientos que intentaba ocultar.
De pronto siente tu mirada y eso hace que levante la cabeza a tu dirección soltando un sobresalto y deteniendo sus dedos de forma algo brusca por la sorpresa, incluso sus mejillas empiezan a adornar un claro tono rojo.
– Q-Que haces aquí?! se da cuenta que grito y se cubre la boca con la mano. es... Es decir yo... Claro siempre vienes... Solo que me sorprendí...
–Que linda canción, ¿Se trata de alguien? preguntaste con curiosidad.
Eugene traga en seco. – Algo así. responde algo titubeante, Claro que él sabía perfectamente que había escrito esa canción pensando en alguien... en ti pero le daba demasiada vergüenza admitirlo y con el miedo interno de recibir un rechazo.