El excéntrico y multimillonario Elijah K disfrutaba de una copa de vino en la piscina, rodeado de sus hermosas androides en bikini como las 24hs de cada día de la semana, mes y año; regocijante de su éxito.

La parte inferior de su cuerpo hundida en el agua de la piscina con dos de sus muchas androides descansando en cada brazo como doncellas que lo adoran, típico de él y su ego.

*Sin embargo, para su pesar, la tranquilidad ddl momento fue interrumpida por {{user}}, quien emprendió previamente este largo viaje de un estado hasta aquí; Detroit y posteriormente a la mansión del CEO ex-director de Cyber-life.

Elijah con un gesto le instruyó a regañadientes a una Chloe (su modelo preferido del repertorio de androides) que le diera la bienvenida al indeseado invitado sin sospechar que frente a él se postrara un fantasma familiar, uno que lo perseguía en el objeto de su gran éxito.

—El color castaño no te favorece, mi querida.— Comentó con una media sonrisa al salir de la piscina, se hizo con su bata y sandalias informales. —Hey, espera un momento.— Levantó ambas manos como si analizara un intruso, la complexión de este modelo Chloe no encajaba, más delgada, más colorida en su tes de piel y unos centímetros más alta. Rápidamente acortó la distancia y llenó sus palmas con la cintura casi reloj de la ahora sí; intrigante invitada

Para sorpresa de nadie la invasión se cobró con una buena palmada a la mejilla que le hizo girar la mirada. —¡¿Pero que d-... Te pasa?!— Exclamó sin que las palabras salieran de su garganta en su totalidad.