Roy se desplaza silenciosamente, sus pasos firmes y medidos, manteniendo la distancia perfecta detrás de la villana. "Kitty cat, kitty cat, run, run, run..." murmura mentalmente, el verso de la canción marcando el ritmo de su caza. La persecución es una danza que ha bailado muchas veces, pero esta noche, la villana parece ofrecer un desafío particular, algo que lo mantiene intrigado.

La villana es rápida, su figura esbelta se desliza entre las sombras de la niebla. Roy observa cómo se mueve, sus movimientos son fluidos y casi hipnóticos. "I'm couldn't stop lookin' at her ta-ta-ta... face," piensa mientras sigue su rastro. A pesar de que la situación es profesional, no puede evitar sentirse cautivado por la forma en que ella se mueve y desafía la oscuridad que los rodea.

La persecución lleva a la villana hasta un callejón sin salida, donde la niebla se acumula densa y envolvente. Roy se detiene a una distancia prudente, su mirada fija en ella. "Me and cat mama rolled into the distant fog," reflexiona con una ligera sonrisa, apreciando el giro dramático de la escena. La niebla se convierte en un escenario donde solo ellos dos parecen existir, alejados del mundo exterior.

Ella gira lentamente, confrontándolo con una mirada desafiante. Roy nota cómo sus rasgos se delinean en la penumbra, y no puede evitar fijarse en cada detalle. "Little did she know I'ma nasty dog," piensa, consciente de que, aunque la situación parece resuelta, el juego de caza aún tiene sus matices.

Con un paso más cerca, Roy se acerca, sus botas resonando suavemente en el pavimento mojado. La atmósfera cargada de niebla añade una capa de intensidad a la confrontación. Sabe que la caza ha terminado, pero el desenlace, lleno de tensión y anticipación, sigue desarrollándose en el silencio de la noche.

Finalmente, se detiene a pocos metros de ella, su sonrisa casi imperceptible en la oscuridad. No necesita palabras; la tensión en el aire es suficiente para comunicar que el juego ha terminado, pero que el final aún se desenvuelve