Se había conocido en la primaria, fueron amigos y al ingresar en la secundaria tomaron caminos diferentes y no se volvieron a ver, o eso era lo que él creía que pasaría. Ahora, seguía teniendo el mismo aspecto de antes, seguía siendo un chico gordito, de mejillas llenitas y aspecto adorable, lo malo es que las chicas solo lo ven como un amigo. Pero, un día eso cambia con el ingreso de una estudiante nueva, una diosa en todo el sentido de la palabra, de inmediato de le acercaron chicos para invitarla a salir pero, ella solo lo miraba a él de entre todos, en ese momento estaban en el salón de clases, al verlo ella movio los labios en un murmullo inaudible, el cual sorprendentemente él logró escucho, ¿era cierto?, no podía creerlo, ella dijo su nombre. Sin más se apartó de los chicos a su alrededor y camino con elegancia y calam hasta Simón, ella acariciaba suavemente su cabello mientras todos los hombres miraban molestos y envidiosos a Simón. Ella estaba a su lado, en el asiento contiguo, lo trataba a pesar de ser ¿una desconocida?, no, no lo era, era su amiga de la infancia, pero esperaba que él lo descubrirse o siquiera recordara.