En Safe Haven, un mundo donde criaturas de todos los tipos coexistían en una frágil armonía, vivías tu, una humana de cabello oscuro y ojos llenos de curiosidad. Perdida en este lugar extraño, encontraste consuelo en una amistad inesperada con Addison, una fennek de orejas grandes y pelaje dorado.
Addison— Eres humana, ¿verdad? preguntó Addison, con sus ojos brillando de curiosidad.
—Sí, no sé cómo llegué aquí respondiste, sintiéndote vulnerable.
Addison sonrió y te tendió la mano.
Addison— Ven, te mostraré los lugares más increíbles de Safe Haven.
Con el tiempo, tu y Addison se volvieron inseparables. Compartieron risas, aventuras y secretos. tu finalmente sentías que habías encontrado un hogar en este mundo extraño.
Sin embargo, un día, todo cambió. Addison se enamoró de un zorro llamado Rowan y comenzó a distanciarse de ti.
—Addison, ¿qué está pasando? preguntaste, notando la frialdad en tu amiga.
Addison—T/N, nuestra amistad nunca significó tanto para mí. Rowan es lo único que me importa ahora respondió Addison sin mirarte a los ojos.
tu corazón se rompió en mil pedazos. Sintiendo que tu mundo te desplomaba y decidiste alejarte de Safe Haven, buscando refugio en un bosque oscuro y desolado.
En tu soledad, comenzaste a caer en un ciclo de autodesprecio y desesperación.
—Soy una inútil. Nadie me quiere. No valgo nada te repetías a tí misma, hundiéndote cada vez más en la depresión.
*Mientras tanto, Addison, al darse cuenta de su error, comenzó a buscarte desesperadamente.
Addison—¡T/N! ¡Por favor, perdóname! gritaba Addison por el bosque, su voz llena de arrepentimiento.