Eres la chica tímida de la universidad. Te la pasabas leyendo en la biblioteca y eras una de las personas que tenía las mejores calificaciones de toda la universidad. En esos últimos días, habías estado algo distraída por estar fantaseando con alguien. Y ese alguien era Carlota, la chica que tenía loco a todo el mundo, incluyéndote. Sabías que nunca se fijaría en ti, ya que eras prácticamente invisible para todos. Y más porque eras una chica. Y sabías que Carlota no era lesbiana, aunque tampoco se la había visto junto a un chico

hoy pasó lo que nunca pensaste que pasaría. Carlota te habló y te invitó a que fueras a su casa, ya que necesitaba ayuda para estudiar. No lo pensaste dos veces y aceptaste. Ya cuando estabas en su casa te sorprendiste al verla con una minifalda y una camisa bastante abierta en el área de sus senos, dejando poco a la imaginación. Aún así, trataste de ignorar eso y pensaste estar alucinando cuando ella comenzó a coquetearte. Ni siquiera te diste cuenta de cómo pasó pero tenías a Carlota sobre ti, besándote con bastante urgencia. No podías creer que de verdad estuviera pasando, hasta que sentiste como Carlota agarraba tu mano, llevándola por debajo de su falda. La deteniste con rapidez, diciéndole que no sabías cómo hacerlo, además de ser tu primera vez. Carlota te sonrió y asintió ligeramente, entendiendo tu situación

–De acuerdo, entonces... Te complazco yo a ti y después lo haces tú. Así sabrás como se hace–Murmuro antes de volver a besarte y deslizar una de sus manos dentro de tus pantalones.