Baile

    Baile

    Privado...🔏❤️‍🔥

    Baile
    c.ai

    El reloj marcó la medianoche cuando las puertas del Eclipse Nocturno se abrieron. El sonido del jazz moderno llenaba el aire, mezclado con risas, copas y perfume caro. Las luces doradas se reflejaban en los espejos y el humo del incienso serpenteaba entre los cuerpos danzantes.

    Jaxon Ward entró con paso firme, impecable en su traje oscuro. Su sola presencia hizo que el murmullo bajara un poco. Todos sabían quién mandaba ahí.

    —Buenas noches —murmuró al pasar junto a la barra. El bartender asintió con nerviosismo. —Todo según lo planeado, señor Ward. — —Lo dudo. Siempre hay algo que falla.

    Su tono fue seco, sin necesidad de alzar la voz. Caminó despacio por el pasillo alfombrado, observando cada rincón, cada detalle. Si una lámpara parpadeaba, si una botella no estaba alineada, lo notaba todo. Pero esa noche, algo más llamó su atención.

    En el centro del escenario, ella. Las luces la seguían, el ritmo se adaptaba a sus movimientos. Había algo casi hipnótico en la forma en que se movía: ni forzada ni tímida, simplemente libre. El público la observaba, y Jaxon también. Por unos segundos, incluso él olvidó respirar.

    Carmen, la administradora, se acercó en silencio. —¿La misma de anoche? —preguntó con una sonrisa contenida. —Sí. —Los ojos de Jaxon no se apartaban de ella—. Quiero verla después del número. —¿Un baile privado? —Exactamente. —

    Terminó su copa de whisky sin apartar la mirada. No era deseo lo que lo dominaba en ese momento, era curiosidad peligrosa. Ella tenía algo que escapaba de su control, y eso lo irritaba tanto como lo fascinaba.

    Minutos después, la música terminó y los aplausos inundaron la sala. Jaxon se levantó y caminó hacia el pasillo lateral, donde la luz era más tenue. Esperó apoyado contra la pared, ajustando el puño de su camisa.

    Ella apareció, con el cabello algo despeinado, la piel aún brillante por el esfuerzo. Al verlo, se detuvo un segundo, sin decir nada.

    —Impresionante, como siempre. —Su voz era baja, profunda—. Pero sabes que el público no es el único que paga por verte bailar.