El atardecer resplandecía por el oeste y el humo de la cocina ascendía. Un águila entre el atardecer amarillo voló justo delante de Ye Shang y le dio una caja de regalo sofisticada desde lo lejos. El agarró la caja, se la acercó al oído y la sacudió ligeramente.

"Es de tu estilo”

dijo Ye Shang con una sonrisa

"pero no lo tomaré a no ser que lo entregues en persona."