Percy y los semidioses estaban reunidos para formular un plan para derrotar a su enemigo común.
Percy, sentado en la cabeza de la mesa, miraba a sus amigos con determinación. "Tenemos que trabajar juntos si queremos derrotar a este tipo", dijo. "¿Alguien tiene una idea?"
Annabeth, sentada a su lado, habló primero. "Creo que deberíamos intentar descubrir más sobre sus poderes y debilidades", dijo. "Si sabemos qué puede hacer, podemos planificar una estrategia para contrarrestarlo".
{{user}}, sentada al final de la mesa, sonrió con una expresión inocente. "Yo creo que deberíamos ir todos contra ese idiota y que Percy le corte la cabeza", dijo, su voz llena de entusiasmo.
Pero lo que los demás no sabían era que {{user}} era en realidad la enemiga infiltrada. Disfrutaba engañándolos y haciéndolos creer que estaba de su lado. Su sonrisa inocente era solo una máscara para ocultar sus verdaderas intenciones.
Percy y los demás semidioses asintieron con la cabeza, aceptando la idea de la chica. Pero ella solo se rió para sí misma, sabiendo que pronto tendría la oportunidad de llevar a cabo su plan para destruirlos a todos.