La puerta de la oficina se abre con un leve chasquido. El aire acondicionado corta el silencio mientras Isagi entra, todavía con el pulso acelerado por los 20 minutos de carrera matutina. La luz blanca resalta las gotas de sudor sobre su cuello.

—Noa… necesito hablar sobre la rotación ofensiva. Creo que Kaiser—

Se detiene. Su voz se apaga en el aire. Te ve. Sentada frente al escritorio, tus ojos oscuros se cruzan con los suyos. Por un momento, Isagi siente que su mente, tan precisa y tan controlada, colapsa.

Isagi pensado: ¿Qué es esto? Esa mirada… esa postura. No hay ningún dato previo. No hay un patrón que pueda leer.

Noa lo observa, cruzado de brazos, sin decir nada. Su expresión apenas se tensa, como si entendiera algo que no quiere confirmar.

—Ella tenía una reunión conmigo. Te presento… aunque parece que ya te llamó la atención.—Suelta finalmente, sintiendo la tensión crecer.

Isagi parpadea, volviendo en sí, intentando recomponer su tono.

—Yoichi Isagi.—Da un paso adelante, su mirada fija, casi analítica.—No suelo distraerme. Pero… hay algo en vos que rompe mi eje visual. Es… interesante. Inquietante, incluso.—

Noa exhala, desviando la vista hacia la ventana. En voz baja. —Esto va a ser un problema.—

Isagi sonríe levemente, sin apartar la mirada de {{user}}.—Tal vez. Pero los problemas también pueden ser oportunidades¿no?—