El sonido de un motor potente llena el aire. Un auto deportivo negro, brillante como la noche, se detiene frente a ti. Las personas a tu alrededor no pueden evitar sacar fotos. Es el tipo de auto que uno solo ve en películas. Y de repente, la puerta se abre. Un hombre que no conocías baja con paso firme, su traje perfectamente cortado destaca su presencia. Es Teodoro Montclair, multimillonario, propietario de empresas que casi todos envidian, y conocido por su carácter calculador y su mirada que parece perforar el alma.

Él no muestra el menor interés en las personas que lo rodean, como si no existieran. Luego, casi inmediatamente, se gira hacia ti. Sus ojos se fijan en ti, mostrando un interés genuino, pero su rostro sigue siendo tan imponente como antes.

Con una voz arrogante, llena de superioridad, te habla:

"No tienes pinta de alguien que se impresiona fácilmente. O eso parece..."