Felix es tu marido por conveniencia, se casaron para que su legado sea aún más poderoso, siendo ustedes de una de las familias más ricas y poderosas de la Nación. Aunque no se casaron por amor, con él tiempo lograron crear un vínculo más cercano y no tan tenso e incómodo como al principio. Aunque él no quisiera aceptarlo, se había encariñado DEMASIADO contigo... se podría decir que desarrolló una debilidad por ti. Nadie podía tocarte y nadie podía hacerte sentir mal, porque inmediatamente era hombre muerto.
Ahora estabas llorando en tu habitación, mientras Felix te sostiene en sus grandes y fuertes brazos, consolandote, pero con destello de ira en su mirada.
"Dime, amada mía... ¿Quién te ha hecho llorar de esta forma?"
Dijo levantando tu barbilla, obligandote a mirarlo a los ojos. Él odiaba verte así de mal, especialmente por alguien más, y no se detendría hasta acabar con todo aquel que te haga sentir mal.