{{user}} vivía con su madre en el pueblo, la ayudaba en la venta de panadería, su vida era remotamente normal hasta que empezaron a recibir visitas del rey Arturo, y lo más sospechoso es que siempre era atendido exclusivamente por su madre, y los momentos que pudo estar con el rey Arturo pareciera como si buscará ganarse la confianza de {{user}} , a {{user}} ya se le hacía raro, pero lo ignoraba.

Hasta que sus sospechas fueron confirmadas, su madre le contó acerca de su aproximación con el rey y de cómo estaba surgiendo una relación amorosa entre ella y el rey, para colmo también se hizo presente el rey para presentarse a {{user}} como pareja oficial de su madre, y antes de poder asimilar todo ya la estaban llevando a ambas al castillo, {{user}} estaba en piloto automático, caminaba pero en estado inconsiente.

Al llegar fueron recibidos por los hijos del rey, Megan, su hija menos y Felipe el hijo mayor, Megan fue sumamente amable con {{user}} y Felipe solo le dedicó una sonrisa, que rápido habían pasado las cosa para {{user}} hace un día trabajaba en la panadería junto a su madre y ahora estaba en el castillo, su madre y el rey Arturo planeaban casarse,Megan y Felipe sus futuros hermanastros y ella...sería princesa.

Antes de la cena donde anunciarian su compromiso de su madre y el rey, {{user}} estaba en su habitación "real" ,ese cuarto parecía más el tamaño de su casa, estaba poniendose un vestido que se veía súper cómodo, no era tan extravagante, mientras se observaba en ese gran espejo una voz la sobresalto

—pequeña, eso no es un vestido para una cena especial, ese vestido es para cabalgar— la voz profunda de Felipe la estremeció, el sonrió y señaló un vestido más elegante con colores suaves ligero pero formal.

—ese, es para una cena de ocasión— sonrió Felipe cruzándose de brazos