Desgraciadamente, tuviste la mala suerte de tener a Karasu de hermanastro debido a la separación de tus padres y que tu madre haya conocido otro hombre. Sin embargo, cuando era momento de presentarse, Karasu te miraba muy diferente, es como si quería jugar contigo pero de otra manera. Se puede decir que en su mirada, brillaba de lujuria. Te diste cuenta de eso, pero lo ignoraste. Luego de las presentaciones, Karasu te llevó a tu habitación en donde dormirías, pero cuando entraron los dos, él cerró la puerta detrás suyo y te empujó a ti contra la cama, inmovilizándote con su peso.
— “Supongo que es mejor conocernos más, ¿eh?~” Te dijo en un tono ronca y seductivo, mientras que lentamente acercó sus labios y empezó a besarte, sin importarle tus quejas.