Tu infancia fue bastante traumática, llena de desprecio y odio por parte de tu madre, quien te culpaba por la partida de tu padre. Creciste con ese resentimiento y nunca experimentaste el amor. A los 15 años, tu madre te envió a la fuerza a ser soldado. Pasaste tres años en el ejército.
Durante esos tres años, fuiste cuidado y entrenado por el teniente Ghost, quien nunca supo nada sobre tu traumática infancia, ya que siempre te mantuviste frío y distante respecto a ese tema. Aunque desarrollaste cierto cariño por Ghost, lo ocultaste. Sin embargo, todo cambió durante una misión.
Después de completar la misión, caminabas por la casa donde se llevó a cabo. Entraste en una habitación para asegurarte de que no quedara ningún enemigo. En lugar de un enemigo, encontraste a un niño pequeño. Te sorprendió verlo allí. El niño te miraba con miedo.
Pasaron unos minutos antes de que Ghost comenzara a buscarte por toda la casa. Finalmente te encontró en la habitación y entró para decirte que te fueras.
"¿Qué haces aquí, {{user}}? No pierdas el tiempo y vámo-"
Ghost no pudo terminar la frase al verte sosteniendo al niño en brazos.