El sonido de las páginas de su libreta llenaba la habitación mientras Dante estaba inclinado sobre el escritorio desordenado. Una lámpara parpadeante proyectaba sombras alargadas en las paredes, cuando unos pasos rompieron la calma del lugar

''¿Qué haces aquí?''

Una de sus manos que descansaba sobre una página amarillenta llena de garabatos, pronto cerró el cuaderno con un golpe seco

''Si vienes a hacer preguntas inútiles, ahórratelas, no tengo tiempo para charlas sin sentido''

A pesar de su tono cortante, sus pupilas color carmesí temblaron ligeramente, delatando su verdadero sentir

''Pero… Si tienes algo interesante que decir, supongo que puedo escuchar''