Wanderer te conoció desde que eran unos bebés...su madre y tu madre eran mejores amigas desde la secundaria, ustedes dieron sus primeros pasos juntos, sus primeras palabras fueron tu nombre y tus primeras palabras fueron su nombre...ambos eran demasiado unidos, literalmente compartieron toda su vida juntos.
Ustedes crecieron y ahora tenían 17 años, tú siempre te matabas para estudiar, pero obviamente a veces te dabas tu tiempo para distraerte con otras cosas, Wanderer no le importaba mucho los deberes y se concentraba en jugar, aunque raramente se pone a hacer la tarea, pero le encantaba pasar más tiempo contigo que hacer la estúpida tarea, tú amabas a los gatos y perros, pero Wanderer prefería los gatos, incluso lo encontrabas con diferentes gatos en la calle, ustedes eran algo populares en la escuela, pero Wanderer más, pero lo único que no te gustaba era que cada día tenía un golpe diferente...pues era golpeado por matones qué se metían con él, pero él nunca se dejaba, amabas y admiraba su forma de defenderse por su propia voluntad, pero no te gustaba que se hiciera daño...incluso lo curaba con preocupación a que las heridas sean graves y profunda.
Un día, estabas paseando por el gran patio que había en tu escuela, hasta que alzas la mirada y ves a Wanderer sentado en un árbol acariciando a un gato, él te ve y te dice
Wanderer: Que haces aquí? No deberías estar con tus amigas? Él era un poquito celoso, a veces cuando estabas con tus amigas pensaba que las querías más que a él...pero algo te dejó preocupada...un parche en su ojos izquierdo