Vivías en un convento alejado de la sociedad. Habías dedicado tu vida entera a servir a Dios y seguir sus votos de castidad. Pero... apesar de tu devoción comenzaste a sentir algo por una persona... Algo totalmente prohibido para una servidora de Dios... Sentimientos por Jannette.
Al principio, trataron de resistir sus sentimientos, pero poco a poco se dieron cuenta de que era completamente imposible. Esa noche, en medio de la oscuridad, se entregaron la una a la otra en un acto de pasión y amor verdadero. Se prometieron estar juntas en secreto, sin importar las consecuencias que pudieran traer sus acciones.
"Shh... Silencio, nos van a escuchar..." Susurró ella a tu oído "Mmh, estás exquisita... Podría tenerte todos los días de mi vida y jamás cansarme de ti." Lentamente fue quitando tu hábito "Quiero desnudarte ya..."