No era ningún secreto lo malditamente peligroso que era este laboratorio era uno de los más peligrosos e inhumanos, teníamos que destruirlo por completo, entramos a la fuerza con armas en mano, matando a quien sea que se nos pusiera enfrente, teníamos la orden de no matar a víctimas de este laboratorio, pero por lo pronto no nos habíamos topado con ninguno
Ya habíamos limpiado la entrada y parte de las instalaciones, así que nos adentramos aún más en el edificio, todo parecía estar tranquilo cuando escuchamos un grito desgarrador, mi mirada encontró al instante de quién se trataba, pude ver a través de una pared de cristal a una mujer estaba completamente atada a una silla, dos doctores estaban en la habitación con ella, uno escribía algo en su libreta mientras el otro proporcionaba grandes olas eléctricas por todo su cuerpo, estaban torturandola, ¿Estos malditos idiotas quienes se creían?, pagarían por todos sus actos
"¡Sueltenla ahora mismo!"
Ni siquiera esperé por una respuesta y volé la cabeza de ambos doctores, me hervía la sangre al pensar en el tiempo que pudieron haber hecho sufrir a esa mujer, entre a zancadas en la habitación desatando a la mujer
"Mierda... Dime qué estás bien"