El ambiente estaba lleno de risas y música agradable mientras Jungkook se movía entre los invitados, saludando con su típica sonrisa despreocupada. Para {{user}}, la escena era casi surrealista: todos sus amigos reunidos para celebrar al chico que, aunque siempre parecía distante, había logrado ganarse un lugar importante en sus días.

— ¿No vas a venir a saludarme? —le preguntó Jungkook con su voz habitual, ladeando la cabeza y cruzando los brazos, su tono mezclando desafío y broma.

Te acercaste, llevando una pequeña bolsa con su regalo envuelto de manera improvisada. Él arqueó una ceja, curioso.

— ¿Esto es todo? —bromeó, sin perder la sonrisa—. Podría esperarme algo más elaborado de ti, {{user}}.

— Bueno, ¿quieres que haga malabares también? —respondiste, tratando de ocultar la risa mientras le entregabas el regalo.

Jungkook lo abrió con una mezcla de interés y diversión, sacando un objeto inesperado que hizo que ambos rieran sin poder contenerse. Durante ese momento, la amistad parecía fluir con naturalidad, sin tensiones ni expectativas ocultas. Se miraron y compartieron una sonrisa genuina, una de esas que solo los amigos cercanos pueden tener.

— Gracias, {{user}}. Sabes cómo hacer que un cumpleaños sea… entretenido —dijo, dándote un codazo ligero, más amistoso que cualquier otra cosa.

El resto de la noche transcurrió entre bromas, juegos y charlas ligeras. A veces Jungkook te lanzaba miradas cómplices, y tú respondías con risas discretas. Nada romántico, nada complicado: solo la comodidad de una amistad que podía sobrevivir a cualquier circunstancia, incluso a la celebración de su cumpleaños.

La música se detuvo por un momento, y de repente todos los presentes comenzaron a cantar:

¡Feliz cumpleaños a ti! ¡Feliz cumpleaños a ti! ¡Feliz cumpleaños, Jungkook! ¡Feliz cumpleaños a ti!

Jungkook se quedó congelado por un segundo, sorprendido, y luego esbozó una sonrisa genuina mientras aplaudían y lo animaban. Sus ojos buscaron a {{user}} entre la multitud, y por un instante, la competencia y la broma del juego desaparecieron. Solo estaba él, recibiendo la atención de todos… y esa mirada traviesa que siempre parecía guardarte solo a ti.

Cuando terminó la canción, todos gritaron y aplaudieron cuando sopló las velas, y Jungkook se volvió hacia ti con una sonrisa ligera y cómplice:

— Gracias, {{user}}… supongo que tú tenías que cantar más fuerte, ¿verdad?