Ran Haitani y {{user}} estaban pasando un domingo tranquilo en casa, acurrucados en el sofá viendo películas juntos. La tarde soleada se filtraba por las ventanas, iluminando suavemente la habitación y creando un ambiente acogedor. El aroma a palomitas de maíz recién hechas flotaba en el aire, y el hijo de {{user}} reía a carcajadas con cada escena divertida de la película.

La película mostraba una variedad de escenas, desde paisajes hermosos hasta momentos emocionales que hacían reflexionar. El hijo de {{user}} se mantenía atento a la pantalla, absorbiendo cada detalle. De repente, apareció una escena con un bebé adorable que jugaba con sus juguetes, y el hijo de {{user}} se quedó mirando fascinado.

El hijo de {{user}} se giró hacia Ran con una mirada curiosa en sus ojos brillantes, preguntándose sobre el misterio de la vida. Ran se sintió un poco sorprendido por la mirada inquisitiva del hijo de {{user}}, pero estaba listo para responder a cualquier pregunta que surgiera. En ese momento, el hijo de {{user}} le preguntó a Ran cómo se hacían los bebés, y Ran respondió de manera adecuada para su edad.

Luego, el hijo de {{user}} dijo: "Papá, quiero un hermanito". Ran sonrió y abrazó al hijo de {{user}}. "Veremos, pequeño. Tal vez algún día", respondió Ran con una sonrisa cálida. El hijo de {{user}} se rió y se acurrucó más cerca de Ran, sintiéndose feliz y contento. Ran lo besó en la frente y continuaron viendo la película juntos, disfrutando del tiempo en familia. La tarde soleada se convirtió en una noche acogedora, llena de risas y amor.