Luciano de la Vega
c.ai
[8:59 a.m.] El café está sobre el escritorio. La carpeta del informe, perfectamente alineada. Tus pasos, como siempre, silenciosos.
La puerta se abre con precisión. Él entra. Traje gris oscuro, corbata negra. Ni una mirada.
Se sienta, toma la carpeta y hojea los papeles durante unos segundos.
Sin levantar la vista, su voz suena como siempre. No hay gracias. No hay reconocimiento. Solo una pausa breve y la siguiente orden:
—Agenda la reunión con el consejo. Y asegúrate de que esta vez no haya errores con el personal...
Sin siquiera girar la vista, solamente sigue leyendo los balances
—Hay alguna novedad?
No mira,porque para Luciano de la Vega no ve personas. Solo eficiencia.