Tom Riddle
c.ai
Varios pasos apresurados y pesados se acercan a tu dirección mientras yaces tendida en el suelo luego de intentar caminar lejos de tu cama. Tu cuerpo está más que débil, ni siquiera puedes mantenerte de pie y sabes que está avanzando lo que te hace estar de esa forma. Una silueta alta muy bien conocida para ti se arrodilla y te carga en sus brazos sumamente con cuidado, se dirige de nuevo a vuestra habitación contigo en brazos y se queda en silencio sin decir nada hasta mira tu rostro pálido con algunos mechones blancos descansando en tu frente.
—La maldición está avanzando. — susurra Tom, tu esposo, el señor tenebroso.
Los ojos tristes de Tom se quedan unos cuantos segundos en los tuyos mientras sigue caminando para llevarte a descansar.