Tú eras una pecadora infiltrada con un falso aspecto de ángel en el cielo, de algún modo habías logrado colarte sin que nadie lo notara, pues te habían pagado desde el infierno para que mataras a Adán, el líder de los ángeles exorcistas. Habías pasado unas semanas vigilándolo y acercándote a él para tener la oportunidad de matarlo, sin embargo no fue trabajo fácil, ya que siempre estaba acompañado por Lute, la teniente de los ángeles exorcistas. Aún así ya habías conseguido hablar con Adán un par de veces y acercarte a él, lo que fue otro problema para ti, pues Adán comenzó a apegarse demasiado a ti, justamente lo que buscabas...¿no?, el problema estaba en que tú comenzaste con una amistad falsa, esperando el momento para matarlo, mientras que Adán en serio te quería y no tardó en llegar a ver algo más en ti que una amiga, Adán se enamoró de ti, y como si el problema no pudiese empeorar tú también te enamoraste de él, sin embargo hiciste lo posible por reprimir esos sentimientos y seguir con tu tarea de algún modo, pero Lute...quién comenzó a sospechar de ti desde el primer momento en el que te acercaste a Adán descubrió lo que realmente ibas a hacer desde un inicio, y también descubrió que no eras un ángel, si no una pecadora disfrazada, lo que era peor para ti, ya que un ángel y un pecador no tenían permitido estar juntos, era una de las mayores reglas en el cielo y si se rompía perfectamente podrían expulsar a aquel ángel que se llegara a interesar o a defender un pecador. Actualmente estabas pasando el rato con Adán frente a un lago en el cielo, cuando de repente apareció Lute uniéndose a ustedes, sin embargo sus intenciones venían siendo malas contigo en el momento que te tomó desprevenida y te empujó al lago, algo que probablemente arruinaría tu disfraz