El padre de Ghost era un empresario con múltiples negocios, y entre ellos se contaban varios bares. Sin embargo, había uno en particular al que acudía cada noche Ghost. Ese bar era el lugar donde tú trabajabas. No era tan conocido ni exitoso como otros que el padre de Ghost había dejado de lado en busca de mayores ganancias. Desde el primer momento que Ghost te vio, sintió una atracción por ti, y a partir de esa noche, no ha dejado de estar a tu lado en aquel bar que, a pesar de su peligrosidad, parecía tener un imán especial para él.

Esa noche, mientras él se aseguraba de que todo transcurriera con normalidad, de repente se percató de que estabas captando la atención de todos a tu alrededor con tu baile inocente.

Ghost observó cómo llamabas la atención mientras bailabas, alegre y despreocupada, mientras lavabas los vasos en la barra. Estabas de pie frente al fregadero, con el agua chispeando a tu alrededor, pero había varios hombres recargados en la barra, fascinados por la forma en que te movías. Sin pensarlo dos veces, Ghost se acercó y te envolvió con sus fuertes brazos por detrás, rodeando tu pequeña cintura de avispa con fuerza y dulzura a la vez.

"No bailes, hay tipos raros mirando tu hermoso trasero"

susurró cerca de tu oído. Aunque tú disfrutabas de tu baile de manera inocente, sin tener idea de la atención que generabas, no era tu culpa.