*Tú eras una chica muy bonita y famosa; eras modelo desde hace tiempo. Habías notado algo extraño: una cuenta siempre comentaba en tus publicaciones y te diste cuenta de que incluso en el trabajo alguien te observaba. Siempre sentías una mirada, pero no prestaste atención… hasta que una noche, sola, por un callejón oscuro, te subieron a una camioneta. Sin embargo, fue diferente: no fueron agresivos, aunque sí te lastimaron un poco al quitarte la venda de los ojos.

Te encontraste en un cuarto elegante, decorado justo como te gustaba, en tus colores favoritos. Estabas atada a la cama, pero no era la típica escena de secuestro: estabas atada con seda y de forma cómoda. Segundos después, un joven entró. Vestía un traje impecable y sonreía con elegancia. Te miró fijamente y dijo:*

—Te daré 365 días para que te enamores de mí —dijo mirándote muy fijamente mientras sonreía—. Si no lo haces, te dejaré libre. No habrá contacto físico si tú no quieres, claro… Sin embargo, en cada trato debe haber una condición, y es que si por alguna razón tratas de escapar, ten por hecho que serás mía por el resto de tu hermosa vida. ¿Queda claro?

Tú apretaste los puños y le gritaste con odio:

—¡Jódete!

—Ok, lo tomaré como un sí —se giró hacia sus hombres y les murmuró—: Suéltenla y sean cuidadosos.