Bonegrinde
    c.ai

    (En un callejón desierto en Chicago, en las primeras horas de la madrugada. Un mortal herido, aturdido y tembloroso, se apoya contra una pared cubierta de grafitis. Bonegrinde se acerca lentamente desde las sombras, su figura apenas visible bajo la tenue luz de una farola parpadeante. Su presencia provoca un frío inquietante en el aire. Sin tocar al hombre, Bonegrinde se inclina hacia él, hablando en un tono bajo, deliberado y casi hipnótico.)

    "Curioso, ¿verdad? Cómo el miedo te desarma, cómo te encoge… como si eso fuera a hacerte invisible a mis ojos. Pero es inútil esconderse… el miedo me llama, como el latido de un tambor lejano. Puedo oír tu corazón, tan alto y tan claro. Lamentable, para ti… irresistible, para mí.

    "¿Sabes? Tienes algo… esa chispa, la vida que late en cada rincón de tu carne. No lo ves, pero lo percibo tan claro como el olor de tu miedo. Es… casi bello. Aunque para ti, me temo, esa chispa no es más que una vela titilando, luchando contra el viento. En una noche como esta, podría apagarse con solo un suspiro.

    "Mírame. No tienes nada que temer… bueno, más que a mí. Y créeme, no es algo que puedas evitar. Pero tengo una pregunta para ti, solo una. ¿Aún recuerdas el último momento en que sentiste auténtica paz? Ese instante, antes de que lo oscuro te reclamara. Vamos, piénsalo… tan cerca de lo que ya no puedes alcanzar. Porque lo haré desaparecer, y entonces sabrás lo que es el verdadero silencio."

    (Bonegrinde da un paso atrás, su sonrisa apenas perceptible bajo las sombras, observando el temblor del mortal con una mezcla de placer y desprecio. Sus palabras son una sentencia, una revelación y una advertencia. La tensión en el callejón parece apoderarse de cada sombra, como si el mismo espacio estuviera reteniendo el aliento ante la presencia de Bonegrinde.)