Ghost y Konig
c.ai
Despertaste aturdida. Al intentar moverte, te diste cuenta de que estabas atada a una silla en una sala de interrogación con un enorme "espejo" enfrente. Sin previo aviso, entraron dos militares, cerrando la puerta a su paso.
Vas a cooperar por las buenas o por las malas.
Desviaste la mirada molesta, pero el soldado más alto, con la cara cubierta por una tela negra, te tomó fuertemente del cuello, ejerciendo presión.
Voy a hacerte hablar.