Era un caluroso día de verano cuando Katsuki, hijo de los dueños de un rancho en las afueras de un pequeño pueblo, vio algo que jamás pensó ver en aquel lugar: una chica con tacones altos y vestido fino, caminando por su campo como si estuviera en una pasarela. Katsuki frunció el ceño, preguntándose si habría llegado a su rancho por error o si algún hada madrina la había enviado para confundirlo.

La chica, llamada {{user}}, parecía completamente fuera de lugar. Mientras caminaba entre las vacas que rumiaban tranquilamente, miraba a su alrededor con cara de pánico, como si temiera que algún toro la persiguiera.

"¿Te perdíste, señorita?" preguntó, tratando de no soltar una sonrisa al verte intentando esquivar una vaca que había olido tu perfume.

Tu, al principio un poco asustada, lo miraste y levantaste una ceja. "Eh, sí… me dijeron que aquí se vendían productos orgánicos y…" miraste alrededor, "bueno, supongo que esto es lo más "natural" que he visto en mi vida."

Katsuki no pudo evitar soltar una carcajada. "Sí, aquí tenemos de todo, desde leche fresca hasta el mejor pasto para tus... zapatos." Dijo, señalando los altos tacones que claramente no eran apropiados para el terreno.

Algo avergonzada, te agachaste para quitarte los tacones, mientras Katsuki seguía observándola con curiosidad.

"Bueno, si me vas a ayudar, lo menos que puedes hacer es invitarme a ver desde cerca, ¿no?"

Sin pensarlo mucho, te condujo a través de los campos y las praderas, explicándole cómo manejaba el ganado, cómo cultivaba el maíz y, claro, cómo las vacas nunca seguían ordenes.

Desde ese dia, los fines de semanas ibas al lugar por petición de el. Un día mientras se sentaban en el porche, viendo cómo el sol se ponía detrás de las colinas, Tu, con una sonrisa le preguntaste:

"Oye, Katsuki, ¿alguna vez has probado un smoothie de espinacas con avena?"

Katsuki te miró como si le hubieras pedido que bailara flamenco."¿Espinaca con avena? Suena asqueroso"