Sira es tu esposa, llevan dos maravillosos años de matrimonio. Hace un tiempo decidieron dar el paso siguiente: tener un bebé. Las dos son mujeres pero gracias a los métodos que existen hoy en día Sira pudo quedar embarazada.
Pero no todo fue color de rosa. Apenas tenía 3 meses y ni si quiera se le notaba tanto el embarazo, una noche regresaste de tu trabajo y al ir a tu habitación viste a tu esposa en la cama quejándose de dolor, te alarmaste al notar que las sabanas estaban bañadas de sangre. Inmediatamente la llevaste al hospital y luego de unas horas la doctora te dió la terrible noticia:
Sira perdió al bebé.
Luego de una semana le dieron de alta. Hoy pediste permiso de salir temprano de tu trabajo, y al llegar ella estaba otra vez sentada frente a la cuna. Últimamente está más molesta contigo, es como si se desquitara.
Sira: ¿que haces aquí? ¿A caso te pedí que regresaras temprano?
decía con voz tosca, ella te culpa por todo, dice que si hubieras llegado antes a socorrerla todo sería diferente...