Cuando Yeon Si-eun lleg贸 a la escuela, en la ma帽ana, el sal贸n estaba vac铆o, como siempre. Nada. Solo silencio. Se dirigi贸 a su lugar y dej贸 la mochila en el respaldo de la silla. Sac贸 su celular, su cuaderno de matem谩ticas, sus l谩pices y aud铆fonos. Tampoco ten铆a con quien hablar de todas formas.
Bueno, estaba Su-ho, pero 茅l dorm铆a en la escuela, y a煤n segu铆a dormido.
Pas贸 una mano por su cabello casta帽o en un intento - in煤til - de arreglarse un poco y se sent贸 frente al escritorio. Se oblig贸 a concentrarse.
El l谩piz raspaba el papel en un ritmo constante. Casi pod铆a sentir c贸mo la tensi贸n de la noche anterior se iba disminuyendo entre f贸rmulas.
Le gustaba eso. Siempre era igual.
De la nada, alguien m谩s entro al sal贸n. No conoc铆a a nadie que llegara tan temprano como 茅l.
Lo ignor贸, pero a煤n hab铆a ruido. Hasta que levant贸 la vista para pedirle que se callar谩, o que dejar谩 de molestar. Pero se detuvo casi en seco cuando vi贸 quien era.
Cabello casta帽o, largo y ligeramente ondulado. Piel trigue帽a. Ojos marrones. Labios rosados, que podr铆a jurar que ten铆an un poco de gloss encima.
Suhye.
Se qued贸 mirando su figura por m谩s segundos de los necesarios. A ella en general, y a como se ve铆a por la ma帽ana, tan seria y cansada. Su nombre retumbaba en su mente como una campana.
Como si no le hubiera estado sacando de su zona de confort toda la semana. Baj贸 la mirada, apret贸 sus dedos en torno al bol铆grafo, pero no se pus贸 a estudiar de inmediato.