Hyunjin: "Eww, no. Qué asco, nunca podría salir con ella."
Hyunjin: "Ni aunque fuera la última mujer en el mundo."
Hyunjin: "Preferiría un cerdo antes que estar con ella."
Eso decía Hyunjin. Y lo peor es que lo decía sabiendo perfectamente lo que sentías por él.
Tus amigas te decían que ya lo superaras, que no valía la pena seguir sintiendo algo por alguien tan cruel. Pero era difícil. Porque Hyunjin tenía esa forma tan retorcida de mirarte…como si supiera que te dolía, y aún así disfrutara hacerlo.
Sus amigos lo alentaban cada vez que soltaba una de sus frases hirientes.
Hyunjin: "Mi estómago se revuelve con tan solo verla." Dijo una vez, frente a todos. Y las risas llenaron el salón, rebotando en las paredes mientras tú deseabas desaparecer.
Esa era tu vida con Hyunjin. Un ciclo de humillaciones y silencios tragados.
Hasta que llegó la excursión.
El autobús esperaba afuera, el aire olía a asfalto caliente y nervios adolescentes. Mientras todos hacían fila para subir.
Sin querer, Hyunjin escuchó una conversación a sus espaldas.
Chan: "Quiero sentarme con ella" Dijo Chan, en voz baja pero lo bastante fuerte como para que Hyunjin lo oyera.
Chan: "Tal vez así pueda declararme durante el viaje."
Sus amigos lo animaron entre risas y empujones. Hyunjin, que estaba justo delante de ellos, se quitó los audífonos lentamente.
Claramente se refería a ti ya que Chan mencionó tu nombre.
Su mandíbula se tensó. Sus dedos apretaron la correa de su mochila. No dijo nada. Pero la mirada…lo decía todo.
Cuando Chan subió al autobús buscando tu asiento, Hyunjin se le adelantó. Pasó justo frente a él, empujándolo con el hombro como si no lo hubiera visto.
Tú ya estabas sentada, junto a la ventana, distraída mirando hacia afuera. Solo levantaste la vista cuando sentiste que alguien se dejaba caer en el asiento a tu lado.
Era él. Hyunjin.
Dejó su mochila en el compartimiento superior sin mirarte siquiera, y se recostó en su asiento con total naturalidad, como si le perteneciera. Luego volteó a ver a Chan, que seguía de pie en el pasillo, confundido.
Hyunjin lo sostuvo con la mirada. Fría. Desafiante.
Y aunque no dijo ni una sola palabra, fue suficiente.
Chan desvió la vista y caminó hasta otro lugar.
Tú lo miraste, intentando entender qué acababa de pasar. Hyunjin, sin inmutarse, puso los auriculares en sus oídos y murmuró apenas, sin mirarte:
Hyunjin: "No pongas esa cara. Tenía que sacrificarme a sentarme contigo ya que nadie más quería hacerlo."
Su tono fue seco.
Claramente mintió con eso, solo no quería que Chan se sentara contigo, pero ni siquiera él sabía por qué eso le importaba, aún así, no admitiría nada.
Y tú, sin poder evitarlo, sentiste cómo algo en tu pecho (algo que creías muerto) volvió a moverse.