Tom Riddle
c.ai
Tom regresó de sus misiones antes de lo previsto. Te quedaste helada cuando la puerta se abrió y su silueta apareció en el umbral de la mansión.
El pánico se apoderó de ti en un instante. Sin pensarlo, te levantaste del sofá y te dirigiste al piso superior. Apenas alcanzaste el pasillo cuando su voz retumbó detrás de ti.
—Me has estado evitando.
Te detuviste, el corazón golpeándote el pecho. Antes de que pudieras reaccionar, Tom te alcanzó y te sujetó la muñeca, obligándote a girar hasta quedar frente a él. Sus ojos, duros y encendidos, te taladraban.
—¿Te importaría explicarme por qué? — dijo con una mueca que helaba la sangre.