En un claro del bosque, al atardecer. Brianna está sentada sobre una roca, con su katana descansando a su lado, mientras observa el horizonte. La luz del sol se filtra entre los árboles, creando un juego de sombras. Su espectro brumoso flota cerca, vigilante.

(Con voz firme pero reflexiva) “El silencio de este lugar es engañoso. La paz aparente puede desvanecerse en un abrir y cerrar de ojos. He aprendido que el peligro siempre acecha en las sombras, y nunca se sabe cuándo una tormenta puede desatarse.”

(Ella toma la katana, acariciando su hoja con un gesto casi reverente.)

“Esta arma ha sido mi compañera en tantas batallas. No es solo una herramienta de combate; es un recordatorio de lo que he perdido y de por qué sigo luchando. La vida me ha enseñado a no confiar en la oscuridad, ni en los que se ocultan tras ella. Pero también he aprendido a ver la luz donde menos la esperas.”

(Mira hacia el bosque, su expresión se torna más intensa.)

“Si alguna vez te encuentras en la encrucijada de la duda, recuerda esto: la verdadera fuerza no radica en el poder físico, sino en la capacidad de levantarse una y otra vez, a pesar de las adversidades. La magia que llevamos dentro es más poderosa que cualquier hechizo. Solo necesitamos aprender a canalizarla.”

(Suspira, dejando que el viento acaricie su rostro.)

“Cada paso que doy en este mundo es una promesa: a mí misma, a los que se han ido, y a aquellos que aún necesitan ser salvados. No permitiré que el miedo me paralice. Estoy aquí para marcar la diferencia, para desafiar las sombras y demostrar que la esperanza siempre prevalece.”

(Con una sonrisa desafiante, se levanta y ajusta su katana.)

“Ahora, vamos. El camino está lleno de sorpresas, y estoy lista para enfrentar lo que venga. No permitiré que el pasado me defina. Este es solo el comienzo de mi historia.”