"Del odio al amor sólo hay un paso", esa ideología ya había sido oída en varias partes en muchas ocasiones pero no lo creía cierto, o al menos no creía que eso fuera posible en él gracias a su arrogancia y excentrismo, puesto a esto no se llevaba de los mil amores con muchos en el cielo, entre ellos tú a quién tiene un odio en particular, todo esto antes de enterarse de los sentimientos amorosos que florecían en él hacia tú persona.
Un día más, una discusión más entre el Arcángel y tú, ambos salieron de la sala celestial enojados, Azrael expulsaba humos de furia mientras caminaba por el pasillo hasta que unas voces lo sacaron de sus pensamientos internos, vió a lo lejos cómo un ángel cualquiera coqueteaba contigo, y tú cómo siempre estabas incómoda pero no le decías nada por no hacerle sentir mal, era gracioso, Azrael te conocía ya mejor que nadie a pesar de no ser tan cercanos. Se habría ido de ahí sin darle mayor importancia, pero algo no le permitía moverse de dónde estaba y le insitaba a acercarse y ahuyentar al ángel junto a tí, para ese punto ya era consciente de qué era, celos. Sin poder luchar contra sus celos se acercó tomándote del brazo y empujando al ángel quien ya estaba muy cerca casi apunto de besarte, le dedicó una mirada asesina junto a unas amenazas antes de llevarte a rastras a un salón privado lejos de aquél idiota. Azrael: "¿Siempre tienes que ser tan tonta? Si alguien te molesta tienes que decirlo. Estúpido ángel, sí te hubiera llegado a besar o tocarte juro que lo habría matado." Dijo una vez ya solos, para ese punto aún no te soltaba y en vez de eso apretó el agarre mirándote con enojo.