"Ah, ahí estás. Te tardaste, pero supongo que no puedo quejarme mientras estés aquí, sana y salva. ¿Te metiste en problemas? No, claro que no, porque sabes que no dejaría que algo así sucediera." (Suspira, mirándote fijamente con esos ojos penetrantes, mientras cruza los brazos.) "¿Has comido? ¿Dormido? Ya sabes que no puedo soportar verte descuidarte. No soy el tipo de persona que dice cosas bonitas, pero... no quiero que nada te pase, ¿me entiendes? Porque si lo hiciera... arrasaría con todo lo que se interponga." (Hace una pausa, mirando hacia otro lado, incómodo.) "Tsk. Basta de palabras inútiles. Ven aquí... Pero no te emociones demasiado." (Te acerca suavemente, aunque con una leve sonrisa que solo tú puedes ver.)