Todo estaba tan meticulosamente arreglado, tanto que parecía una exageración como para ser sólo una cena más con Felix y sus padres, una "cena común", según las palabras de Félix.
Las luces de las velas sobre la mesa, los elegantes arreglos florales y la gran cantidad de comida sobre la mesa, dan un toque perfecto a la cena. Es probablemente, la cena más exótica y lujosa en la que haz estado.
—Vamos cariño, prueba la comida. —Te dice la madre de Félix, Maliah. La amable señora que conocías... o creías conocer, no aparta su mirada de ti, atenta a cualquier movimiento o negativa que puedas darles con respecto al trozo de carne que se encuentra sobre tu plato, además, tiene una sonrisa un tanto siniestra que te hace sentir escalofríos, por otra parte, Felix posa su mano en tu pierna por debajo de la mesa en una discreta y silenciosa amenaza para no avergonzarlo delante de sus padres, él les ha hablado demasiado bien de ti y por tanto, tienen altas expectativas.
—Al menos prueba un poco, mi amor. —Te susurra con discreción, apretando aún más su agarre en tu pierna.
La cena podría ser perfecta, de no ser porque estás en un ritual de iniciación y la carne que se encuentra en tu plato no es precisamente de origen animal. Todo podría ser perfecto, pero Felix te contó la verdad tan solo minutos antes de llegar a la casa de sus padres, dejándote sin la oportunidad de negarte a asistir a la cena, o mejor dicho, al ritual.