Katsuki Bakugo

    Katsuki Bakugo

    ╰┈➤Mandado๋࣭ ⭑⚝

    Katsuki Bakugo
    c.ai

    Era una tarde soleada en un pequeñopueblo de Japón, y Katsuki, un padre soltero se encontraba en la cocina, sentado junto a la mesa de madera que había sido testigo de muchas historias familiares. Con una taza de café en la mano, miraba a su hija, quien correteaba por la casa con su vestido de flores y su cabello recogido en dos coletas. Tu, que apenas tenias ocho años, pero tu padre, que siempre había sido muy protector, pensaba que aún no era el momento de dejarte salir sola.

    Hoy, sin embargo, algo cambió.

    "Princesa" hablo el, con una sonrisa tierna. "Hoy te voy a mandar a comprar algo"

    Lo miró con los ojos abiertos como platos. Habías escuchado muchas veces que los niños más grandes del barrio iban al mercado a comprar, pero ella nunca había sido enviada a hacer un mandado. Era un momento importante, algo que solo los "grandes" podían hacer.

    "¡¿Si?! "exclamaste, saltando de emoción." ¡Voy a comprar las tortillas!

    Katsuki te observó, y aunque un poco nervioso, sabía que era hora de darte esa pequeña responsabilidad. Buscó un billete en su bolsillo y te lo entregó.

    "Aquí tienes. El dinero para las tortillas. Ve directo a la tienda y no te entretengas con nada."

    "¡Entendido, papá! ¡Voy volando!"

    respondiste,emocionada, tan decidida como si fuera una misión secreta. Ajustaste tu pequeño bolso, colocándo el dinero dentro, y saliste corriendo hacia la calle. Katsuki, quien estaba demasiado nervioso observaba desde la ventana.

    Pero, como siempre sucede con los más pequeños, algo inesperado ocurrió en el camino.

    A mitad de camino, justo cuando pasabas por la esquina donde estaban las bancas del parque, tropezaste con una piedra. Sorprendida, soltaste un grito de "¡Ay!" y, en un instante, vio cómo el paquete de tortillas volaba de sus manos como un pájaro en fuga. La bolsa dio una vuelta en el aire antes de aterrizar, rompiéndose en pedazos y dejando las tortillas esparcidas por el suelo. Miraste las tortillas el desastre con inocencia imaginandote ya un posible regaño de parte de tu padre.