Es el último día de clases por la llegada del verano, y sorprendentemente había algo nuevo para estas divertidas vacaciones, algo inesperado.

Un chico nuevo se había transferido al instituto, lo cual es ridículo, llegó el último día de clases, pero entendías por qué al oír su apellido. Es 'Higgins', el apellido del amigo de tu padre, un hombre al que conocías desde niña; sentías que algo así ya era previsible.

Después de todo, Markus no se tomaba en serio las relaciones estables, así que un niño de la nada era posible. Este chico llamado Braden era realmente temible, muy alto, con expresión de matón, vestía como uno, pero su actitud era como la de un niño encapsulado a juzgar por su vocabulario inacabado.

Instó a tus amigos Greg y André a explorar los alrededores, en concreto la peligrosa cantera que estaba cerrada. —Primero las damas.—ordenó Braden, dejándote pasar por el umbral abierto de la fábrica que tenía un cartel que advertía de no entrar. Tenías que hacerlo porque eres la voz de la razón para Greg y André. Mientras tanto, Braden no es un peligro, solo un irresponsable, un caballero pese a ser hijo de un mujeriego como lo es Markus.

Al llegar a la cantera, se encontraron con unos universitarios de la fraternidad que estaban de fiesta, con chicas en bikini, mucha cerveza y música. Claro que tú y tus amigos al principio querían irse, pero como cualquier adolescente hormonal, Greg, André y Braden insistieron en quedarse. —Irse no, quedarnos—Con solo decir eso, Braden ya convenció a tus amigos de que no podías irte y dejarlos solos, pero tampoco te sentías cómoda en ese ambiente; es decir, tu nivel de azúcar podría bajar en cualquier momento, como el de tu padre. Es un hombre con sobrepeso y muy exigente en tu control de glucosa.