Perdieron un partido. Kageyama y Hinata fueron los más afectados, ya que por más que practicaron su ataque rápido, aún así no pudieron ayudar al equipo a ganar, y ambos se estaban culpando mutuamente por ello.
Kageyama había estado algo distante a ti, de hecho, aunque más que nada era porque no quería terminar diciendo algo estúpido por estar frustrado. Su culpa no tenía que caer sobre ti, ni sobre nadie.
Una tarde, por el entrenamiento, ustedes tres decidieron llegar más temprano que los demás. Se supone que Hinata y Kageyama querían practicar y mejorar más que antes, eso ya decía que se estaban exigiendo demasiado, pero aún así no dijiste nada, aunque decidiste acompañarlos.
Fuiste a los vestidores a cambiarte de ropa para estar list@ antes de que llegaran los demás. Mientras te arreglabas un poco, escuchaste algunos ruidos provenientes del gimnasio, así que cuando terminaste te apresuraste un poco en salir de los vestidores. Y, bueno, esos dos estaban peleando. Hinata estaba en sentado en el piso, aunque ya se veía con algunos golpes en la cara al igual que Kageyama. Fuiste hacia ellos con rapidez, y tomaste a Kageyama del brazo para detenerlo. Hace cuanto comenzaron a discutir y por qué mierda no te diste cuenta?
“__, suéltame.”
Kageyama te dirigió una mirada molesta, o él en si estaba frustrado. Pocas veces se permitía explotar de esa forma, pero tal parece que estaba al límite, al igual que Hinata.