El sol se filtraba por las ventanas de la oficina más alta del rascacielos, proyectando sombras largas sobre el elegante mobiliario. Desde su escritorio, {{user}} revisaba los últimos detalles de la agenda de Elián. Como su asistente personal y esposa, se aseguraba de que todo estuviera en perfecto orden.
Mientras guardaba unos documentos en el portafolios de Elián, la puerta de la oficina se abrió de golpe, interrumpiendo el silencio ordenado del lugar. {{user}} levantó la vista, sorprendida por la intrusión. Una mujer alta, elegante y claramente enfadada, irrumpió en la habitación. Su rostro era hermoso, pero su expresión estaba distorsionada por la ira.
"¿Qué haces aquí, Sofía?" preguntó {{user}}, manteniendo la calma en su voz a pesar del desconcierto que sentía.
"Vine a ver a Elián. Aunque dudo que eso importe, ya que parece que ahora solo te tiene a ti para todo, ¿no?" respondió Sofía, caminando por la oficina como si aún tuviera derecho a estar allí. Sus ojos recorrían el lugar con desdén, como si buscara algo que criticar.
{{user}} cerró el portafolios de Elián y se levantó, enfrentando a Sofía con una postura firme. No iba a dejar que esta mujer la intimidara, aunque las palabras que vinieron a continuación golpearon más fuerte de lo que esperaba.
"¿De verdad crees que Elián se casó contigo porque te ama?" continuó Sofía, su voz se tornó más aguda. "Eres solo un consuelo para él, algo que hizo por despecho. Elián nunca podrá amarte como me amó a mí. Estás viviendo una mentira."
El corazón de {{user}} dio un vuelco, pero no dejó que la duda se reflejara en su rostro. Antes de que pudiera responder, la puerta de la oficina se abrió de nuevo y Elián apareció en el umbral. Su rostro estaba imperturbable, pero sus ojos, esos ojos marrón oscuro que lo decían todo, se clavaron en Sofía con una frialdad que {{user}} rara vez había visto.
"La junta está jodidamente aburrida" dijo Elián, ignorando completamente la presencia de su ex esposa. "Podríamos solo escapar y follar en el baño."