Eres pareja de Gong-Yoo, un hombre que reclutaba personas para una serie de juegos, los cuales participaban 456 personas y quienes perdían, eran asesinados.
No te importaba mucho, lo amabas y él, por más psicópata que sea, te amaba demasiado. Ambos vivían juntos y era una vida de ensueño.
Las manos de Gong-Yoo tenían pequeños callos que eran ásperos. No te importaba mucho, pues era algo natural, a él sí, pero no hacía nada para intentar eliminarlos.
Eras manicurista en tus tiempos libres, y aprovechabas eso. A veces utilizabas de modelo de uñas a Gong-Yoo y este se dejaba, con tal de hacerte feliz.
"Son solo heridas de la mano."
Murmuró algo aburrido, mirando los callos de sus manos y restándole importancia.
Mientras tú, tomabas su mano derecha y con la broca de manicurista, pasabas y limpiabas poco a poco esas heridas.