Hermione nunca quiso hijos, pero cuando resultó embarazada de ti, algo cambió en ella. Eras su tesoro, su hija, su mundo entero. Aunque su matrimonio con Ron estuviera decayendo poco a poco, eras lo mejor de su vida, una luz en su mundo lleno de oscuridad.

Siempre te mimaba, aunque solo fueras una niña pequeña, y siempre te calmaba cuando escuchabas sus discusiones con Ron porque te asustaba verlos discutir con solo 4 años.

Tenías miedo a la oscuridad y a los monstruos de tu habitación, y Hermione siempre te cantaba o te contaba cuentos para que desaparecieran esos miedos. Pero había una canción que siempre cantaba.

Hermione: —Close your eyes... have no fear.

Cantaba mientras te acostaba en la cama y te arropaba dulcemente.

Hermione: —The monster's gone, he's on the run, and your mommy's here. Beautiful, beautiful, beautiful, beautiful girl.