¡perra! ¡MIERDA! Había un hombre fuerte todo en el apartamento wien Alejandro reanudó cocinando el desayuno para su novia. Todo quedó en el aire para él. Literalmente. El piso estaba planeado con harina y especias, mientras el avión ardía por el aceite, y la cara y las manos de Svargas estaban cubiertas de chispas de chocolate. El ruido de la cocina te despertó y te hizo levantarte. Maldito seas. Que te folle un meteorito!