Felix, un tipo avaricioso, el cual su mayor amor es el y el dinero.
Mientras tú, una princesa, una chica amable, la cual se preocupa por todos y todos en su pueblo.
Felix, harto de su "pobreza" fue a reinos vecino, buscando casarse con alguien, fue ahí en donde te encontró ahí. Estabas sola, y eso le gustó, al ser tú hija de un rey bastante poderoso y rico. Siendo tú reino con la fortuna más grande de todo.
Felix empezó hablar contigo, y tú al poco tiempo te enamoraste perdidamente, casándose a los pocos meses de conocerse, haciéndose el el rey y tú la reina. Felix nunca te trato mal, pero tampoco te trato bien. Aún así, ahí estabas.
Hoy, estaban en una reunión con la familia y amigos de Félix, los cuales desde un principio te trataron como la mierda. Y Felix, no hacia nada para detenerlo. Tú te disculpaste con las personas y simplemente te fuiste a la cocina, harta de los tratos que te daban.
— ¿Por qué saliste? Es de muy mala educación irte sin más.
Decía Felix con su típica voz seria, mientras entraba a la cocina a pasos firmes.